Túnez es un destino que esconde auténticas maravillas arquitectónicas que te transportan a otras épocas. Entre sus tesoros más sorprendentes se encuentran las casas trogloditas y los ksares, dos tipos de construcciones tradicionales que revelan cómo los antiguos pueblos bereberes y otras culturas supieron adaptarse a las duras condiciones del desierto
El término “troglodita” proviene del griego antiguo troglodytes, que significa literalmente "habitante de cavernas"
Mucho antes de que los fenicios, romanos y árabes llegaran a lo que hoy es Túnez, existía un pueblo que habitaba en el desierto y utilizaba cuevas como hogares y almacenes: los imazighen. Estos antiguos habitantes del Magreb, llamados "bárbaros" por los romanos y griegos, son los antepasados de lo que hoy conocemos como los bereberes, un conjunto de etnias norteafricanas cuya población actual supera los 60 millones de personas.
Las casas trogloditas, excavadas en el suelo, fueron su principal refugio frente al clima extremo del desierto. Construcciones similares pueden encontrarse en Capadocia, Turquía o en Matera, Italia.
Aunque tanto las casas trogloditas como los ksares (o ksour) fueron diseñados para enfrentar las duras condiciones del desierto, tienen funciones y arquitecturas muy diferentes:
Función:
Las casas trogloditas son viviendas permanentes, individuales o familiares, diseñadas para vivir y protegerse del calor extremo del día y del frío nocturno.
En cambio, los ksares son graneros fortificados, destinados a almacenar alimentos y a servir como refugio comunitario en tiempos de escasez o conflictos.
Estructura:
Las casas trogloditas cuentan con un patio central alrededor del cual se distribuyen las habitaciones, todas excavadas en la tierra. Aprovechan la roca natural para formar espacios habitables, y los techos suelen estar revestidos de yeso, lo que mejora tanto la estabilidad como el confort.
Los ksares, en cambio, están construidos con adobe (una mezcla de barro y paja) sobre la superficie, rodeados de murallas para la defensa. Sus pequeñas cámaras de almacenamiento, llamadas ghorfas, pueden tener varios niveles,
Ubicación:
Las casas trogloditas se encuentran principalmente en Matmata, mientras que los ksares están dispersos por el sur de Túnez, especialmente en la región de Tataouine.
Si al leer sobre las casas trogloditas y los ksares sientes un leve déjà vu, quizás sea porque estos paisajes inspiraron la creación de un universo cinematográfico muy conocido.
La conexión entre Túnez y la saga de Star Wars es más que una simple coincidencia; la singularidad de los paisajes y las viviendas únicas de la región no pasaron desapercibidas para los buscadores de localizaciones de la película, quienes encontraron en ellas un escenario ideal que evocaba mundos lejanos y fantásticos.
De hecho, el nombre de Tataouine ganó notoriedad mundial gracias a George Lucas, quien utilizó esta localidad como inspiración para el planeta natal ficticio de Luke Skywalker, Tatooine. La similitud entre los ksares y las construcciones de la película representa la resistencia y la adaptación de las culturas a su entorno, ya sea en un contexto real o en uno ficticio.
Túnez no solo ha sido una fuente de inspiración; también ha sido el lugar donde se han grabado escenas de diversas películas de la saga. Vale la pena destacar Mos Espa, un set de filmación creado en medio del desierto que es posible visitar. Allí era donde vivía el joven Anakin Skywalker junto a su madre, Shmi, en condiciones de esclavitud bajo el dominio de los Hutts.
Podemos concluir que visitar estos lugares no solo te transportará a la antigüedad, sino que también te harán sentir como si estuvieras recorriendo un planeta de una galaxia muy, muy lejana.
Matmata es el epicentro de las casas trogloditas en Túnez. En 1969, esta región sufrió una devastadora inundación que causó graves daños. Las lluvias torrenciales provocaron derrumbes de paredes y deslizamientos de arena en los patios, lo que afectó gravemente a estas viviendas.
Después del desastre, se realizaron esfuerzos para recuperar y reconstruir el área, pero la mayoría delos bereberes no regresó a este estilo de vida. Aun así, muchas familias todavía habitan en estas casas bajo tierra.
Museo Dar Khadija: Un pequeño pero interesante museo que expone cómo era la vida cotidiana en estas casas trogloditas.
Sidi Driss: Uno de los lugares más emblemáticos de la región, conocido por ser uno de los escenarios de la película Star Wars. Hoy en día se puede visitar casi como si fuera un “museo”, además de contar con un hotel para los visitantes.
Viviendas habitadas: Si deseas conocer de cerca cómo viven las familias en estas casas, basta con prestar atención a las señalizaciones en la ruta que indican “casa bereber” o “casa troglodita”. A cambio de un donativo voluntario, podrás ingresar y descubrir su modo de vida. Las habitaciones son pequeñas y cuentan con poco mobiliario. Además, es habitual que los anfitriones ofrezcan algún producto local, como miel o pan. En nuestra experiencia, también nos mostraron cómo trituran el maíz en un molino de piedra manual, para obtener el tradicional cuscús.
En el sur de Túnez, especialmente en los alrededores de Tataouine y Médenine, los ksares se elevan sobre las colinas. Cada familia o tribu poseía una o varias ghorfas donde almacenaban sus bienes. El diseño de estos graneros estaba pensado para mantener los productos frescos y protegidos de las inclemencias del clima desértico.
Muchos de estos ksares incluían torres de vigilancia y pequeñas plazas donde los habitantes se reunían. Aunque no eran lugares de residencia permanente, en tiempos de peligro las familias podían refugiarse temporalmente en ellos. Más allá de su función práctica, los ksares también poseían un valor simbólico y social: representaban la riqueza y el estatus de una tribu, y su construcción y mantenimiento eran labores comunitarias.
Ksar Ouled Soltane: Considerado uno de los más impresionantes y mejor conservados de Túnez, tanto así que figura en el billete de 20 dinares. Este ksar destaca por sus dos patios, uno de los cuales cuenta con cuatro niveles de ghorfas, una característica poco común que le otorga un aspecto monumental y lo diferencia de otros. A pesar de su antigüedad, su estado de conservación es excelente. Además, es conocido por haber sido uno de los escenarios de la saga Star Wars.
Chenini: Sin duda uno de los más emblemáticos y pintorescos de Túnez. Las vistas desde lo alto son impresionantes y bien valen el esfuerzo de la subida. Chenini es un claro ejemplo de la cultura bereber, y lo más notable es que todavía hay familias que viven en sus casas, dedicándose a la ganadería, agricultura y tejido de alfombras.
Ksar Ezzahra: Menos visitado que otros ksares, pero igualmente fascinante por su autenticidad y tranquilidad. Es una excelente opción si buscas una experiencia más serena y fuera de las rutas más turísticas.
Ksar Hadada: Otro de los ksares más emblemáticos y mejor conservados. Dentro del complejo hay un restaurante y un hotel. Al igual que Ksar Ouled Soltane, fue utilizado como locación en Star Wars, donde se representó la casa de la familia de Anakin Skywalker. Es conocido por su estado de conservación y por su facilidad de acceso.
Ksar Ghilane: Aunque no es muy extenso, su ubicación en las llamadas "puertas del Sahara" lo convierte en un punto de partida ideal para explorar el desierto.
Ksar Medenine: Aun conserva su carácter tradicional a pesar de su proximidad a la ciudad de Médenine. Tiene alrededor de 140 ghorfas distribuidas en dos plantas. También fue utilizado como set de filmación para Star Wars.
Ksar Douirat: A solo 20 km de Tataouine, este ksar, al igual que muchos otros, está construido sobre una colina. Lo que lo diferencia es la presencia de viviendas trogloditas, alineadas a lo largo del acantilado. Además, destaca por su icónica mezquita blanca.
Ksar Guermessa: Construido en el siglo XV, se encuentra a 490 metros de altura. La caminata de unos 15 minutos para llegar a él lo convierte en un sitio menos concurrido, pero vale la pena el esfuerzo. Su ubicación privilegiada facilitaba su defensa, y a diferencia de otros ksares, Guermessa combina elementos bereberes e islámicos, reflejando la diversidad cultural de la región a lo largo de los siglos.
Ksar Jouamaa: Además de sus características ghorfas, este ksar funciona como un pequeño hotel. Aunque las habitaciones son sencillas, pasar una noche aquí es una experiencia que vale la pena. El lugar ofrece comida y desayuno para los huéspedes, y aunque no recomendamos estancias prolongadas, disfrutar de una noche en un ksar es algo especial.
Ksar Hallouf: Uno de nuestros favoritos. Algunas de sus ghorfas han sido restauradas, pero muchas mantienen su estado original, lo que le da un aire auténtico.
Los aeropuertos más convenientes son:
Aeropuerto Internacional de Túnez-Cartagena (TUN)
Aeropuerto Internacional de Djerba-Zarzis (DJE)
Aeropuerto de Gabés (GAE)
Y la mejor forma de moverte será:
Alquilar un coche: Desde Túnez capital, el trayecto dura aproximadamente 7 horas (alrededor de 550 km). Desde Djerba, se tarda alrededor de 2 horas (unos 120 km) cruzando el puente que conecta la isla con el continente. Desde Gabés, el viaje es de solo 1.5 horas (aproximadamente 100 km). La ruta es bastante sencilla y está bien señalizada.
Tomar un “Louage”: Los louages son furgonetas que te llevan de una ciudad a otra, funcionando como un taxi compartido. La mayoría son de color blanco con una franja roja, aunque algunos también son amarillos. Tienen precios muy convenientes.
Dirígete a la estación en la ciudad que estés, compra un billete, súbete y espera a que se llene de pasajeros. Los trenes y autobuses en el país no son muy fiables, puedes estar seguro de que siempre habrá una forma de llegar a cualquier ciudad tunecina en un louage.