1/1/2024
12 minutos

Trinidad, la joya colonial de Cuba

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Trinidad, o Villa de la Santísima Trinidad, es una de las ciudades coloniales más históricas y auténticas de Cuba y se ubica en el centro de la isla, en el sur de la provincia de Sancti Spíritus.

Trinidad fue la tercera villa fundada por la Corona Española en Cuba gracias a Diego Velázquez de Cuéllar en 1514, y convertida con el paso de los años en una de las ciudades coloniales mejor conservadas de América en la actualidad.

Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988 junto con el Valle de Los Ingenios.

Trinidad es una pequeña pero encantadora ciudad-museo ambientada entre los siglos XVIII y XIX que cuenta con hermosas calles adoquinadas, edificios de preciosos colores pasteles, pintorescas iglesias y tranquilas plazas donde podrás ver niños correr detrás de una pelota.

Pero el viaje en el tiempo no solo retrocede hasta la época colonial sino también hasta la década del 50, antes de la revolución, en la que los coches clásicos de marcas americanas circulaban por Cuba.

Una maravilla la ciudad, que fue directamente a nuestro Top 3 en Cuba, especialmente cuando cae el atardecer y se despliega una luz única e inolvidable 😊

 

Trinidad y la industria azucarera

 

El gran avance de la ciudad desde el siglo XVII se debe al crecimiento de la industria azucarera (como producto en sí misma pero también como materia prima del ron, por ejemplo) liderada principalmente por las familias Iznaga, Borrell y Brunel.

Estas familias eran “sacarócratas” (una palabra nueva aprendida y que se refiere a los aristócratas del azúcar). Fueron los amos y señores de Trinidad y con su riqueza han llenado de patrimonio las calles a base de grandes construcciones en forma de mansiones y cómodos palacios (hoy reconvertidos en museos).

Trinidad tenía, en sus alrededores, ¡más de 40! ingenios azucareros que eran ni más ni menos que instalaciones industriales con mano de obra esclava para molienda y procesado de la caña de azúcar.

Los ingenios de caña más atractivos que visitar en la actualidad son las ruinas del Ingenio de San Isidro de los Destiladeros, y la hacienda de Manaca Iznaga, en la cual subir a la torre te hace tomar dimensión de los campos donde trabajaban los esclavos. Hemos estado un buen rato allí arriba.

 

Muchas veces la moneda de pago de estas poderosas familias era el propio ron que destilaban e incluso se han librado de conflictos por ser ellos los encargados de destilar el azúcar. Tenían redituables contactos con Europa, donde la caña de azúcar prácticamente no existía y se importaba de África y Oriente.

El centro de Trinidad es el mejor conservado de Cuba ya que, tras abolirse la esclavitud, las familias se retiraron de la ciudad, sumiéndola otra vez en la pobreza. La falta de recursos frenó su modernización hasta que fue convirtiéndose en una atracción turística, lo que favoreció su cuidado y restauración.

 

Qué ver en Trinidad

Antes que nada, recomendamos no menos de 2 o 3 horas de simple y relajada caminata, sin mayores planes que perderse y volverse a encontrar en sus calles.

Caminar por Trinidad nos conectó con los cubanos, que curioseaban, preguntaban nuestro origen y saludaban amablemente a nuestro paso.

La calle Amargura es muy bonita, asegúrense de pasar por ella 😉

Los niños vendrán a pedirte algo para comer (por ejemplo, nos pidieron específicamente goma de mascar, lo que nos llamó la atención), cualquier cosa que tengas o directamente dinero para sus familias. Los adultos te ofrecerán ayuda turística y también algún puro, pero buscarán también algo de dinero a cambio, alimentos y principalmente artículos de higiene y limpieza.

Nosotros nos quedamos más de 1 hora en una plaza viendo a los niños jugar a la pelota, corriendo de un lado al otro y gritando, mientras sonaba alguna música caribeña de fondo.

También conocimos a Berta, una abuela muy dulce que nos dio charla y nos invitó a su casa.

Vivir la ciudad a su ritmo es un privilegio para todos los que quieran visitar Trinidad.

Una vez metidos en la esencia de la ciudad, algunos sitios que merece la pena ir:

 

La Plaza Mayor es el núcleo de su casco histórico. Aquí se encuentra la Iglesia Mayor de la Santísima Trinidad, reconstruida en 1892, y algunas grandes casas coloniales de techos altos reconvertidas en museos.

Aquí van tres:

Museo de Arquitectura Colonial o Casa Azul: era la antigua casa de la familia Iznaga. Posee ocho salas de exposiciones dedicadas ala arquitectura y a obras de artistas y artesanos de Trinidad.

Museo Romántico o Palacio Brunet: ocupa el antiguo palacio de los Condes de Casa Brunet, y cuenta con una colección de objetos del siglo XIX. Se distingue por su patio andaluz.

Museo de Arqueología Guamuhaya o Casa Padrón: muestra objetos pertenecientes a las comunidades aborígenes que vivían en la región centro-sur de la Isla de Cuba durante la etapa precolombina, además de algunos artículos valiosos de la etapa colonial.

A muy pocos metros de la Plaza Mayor, están:

Museo de Historia de Trinidad: está ubicado en el antiguo Palacio Cantero, de la familia del mismo nombre. Su más famoso propietario fue la familia azucarera Borrell. Hay salas sobre la historia local, una sala de armas y otras dedicadas a la industria azucarera y las luchas por la independencia cubana, además de una torre con geniales vistas a todo Trinidad. 

Convento de San Francisco: La Torre del Campanario tiene unas vistas impresionantes y es una de las imágenes más representativas de la ciudad.

La Casa de la Música y su escalinata: música en directo, mojitos y ambiente local en uno de los puntos de reunión más populares de Trinidad.

Casa de la Trova: es un centro de reunión para la música cubana, los bailes y los cócteles como mojitos y daikiris. Ideal para conectarte con los trovadores cubanos. Dentro hay una colección de la discografía nacional y local.

La Canchánchara, el cóctel local : ¡No te pierdas la canchánchara!

Es cóctel típico de Trinidad y es una mezcla de ron, agua, limón y miel que se sirve en vasos de barro.

En la Taberna la Canchánchara, un local en una casa del siglo XVIII, puedes degustarlos al ritmo de la pegadiza música cubana, además de alguna comida típica. Recomendable ir por las noches.

 

Cómo llegar a Trinidad

Al estar en medio de la isla, al sur de los cayos y al este de la Habana, dependerá mucho del diseño de tu itinerario (aunque también de tu presupuesto y paciencia).

Nosotros solo necesitábamos 3 grandes y largas conexiones (Habana-Cayos-Trinidad-Habana) por lo que las conexiones en el día a día no eran tan necesarias.

En Bus, económico pero arriesgado

Existen buses que conectan las ciudades de La Habana, Cienfuegos o Santiago, con Trinidad, aunque suelen tener muchas demoras, muchas paradas y ciertos contratiempos en las reservas dado el bajo nivel de estructuras, mantenimiento y organización general.

Son opciones económicas que claro que pueden ser una buena opción, aunque no recomendaríamos la compra de estos billetes por Internet sino directamente en las estaciones, ya que la recuperación del dinero ante cualquier imprevisto es improbable.

La empresa se llama Viazul.

En nuestro caso leímos muchas reseñas negativas (reservas no respetadas, demoras, cancelaciones, limpieza, exceso de paradas, etc) y por las dudas preferimos ahorrarnos algún disgusto. 

En coche alquilado, conveniente pero escaso

Es una buena opción, pero cuando visitamos Cuba, justo saliendo de la pandemia, todos los sitios de alquiler se encontraban cerrados aun, y había escases de combustible.

Las rutas no son excelentes, aunque tienen un estado aceptable para conducir, siempre que sea de día, ya que no cuentan con alumbrado y hay mucha circulación de vehículos sin luces o directamente de carros.

El abastecimiento de gasolina puede estar afectado ya que suele tener altibajos durante el año, por lo cual recomendamos que pregunten por esto específicamente antes de reservar.

Es recomendable no hacer auto-stop en las rutas y dejar el coche siempre en aparcamientos vigilados. 

Taxis, nuestra elección

En nuestra opinión la mejor forma de moverse es en taxis privados o taxis concertados (en grupo con otros visitantes).

No tienes riesgos, no debes estar preocupado por las reservas ni por la gasolina, ni por el cuidado del coche, ni por los pinchazos ni las multas de la policía.

• Puedes recorrer el país mirando por la ventanilla con un taxista que bien podría ser un “guía local”. De hecho tuvimos grandes charlas con ellos sobre el funcionamiento del país. Hasta paramos a tomar un café en casa de uno de ellos.

• Puedes escoger un taxi antiguo (de los clásicos de los 50) si lo prefieres, y vivir una experiencia 100% cubana.

• Puedes negociar precios, ya que taxis hay muchos (a diferencia del coche alquilado).

 

La disponibilidad de taxis privados o concertados para viajes largos (de más de 4 horas) es abundante en las ciudades como La Habana, Santiago o Cienfuegos, y es una de las formas de vida de los cubanos en asistencia a las necesidades de movilidad de los turistas.

 

En nuestro caso visitamos Trinidad luego de pasar unos días en Cayo Coco, por lo cual tomamos una ruta norte-sur pasando por la capital provincial Sancti Spiritus.

 

Al volver a la Habana, volvimos también en taxi privado en una ruta este-oeste pasando por Cienfuegos.

Los precios estuvieron de media alrededor de 60 dólares por hora de trayecto (viaje en Enero 2022).

  

Donde alojarte en Trinidad

Sin dudas recomendamos que te hospedes en una casa particular. Nosotros alquilamos por Airbnb y fue todo muy sencillo.

Tuvimos una muy agradable experiencia con una pareja local, que nos atendió de maravilla. No nos olvidaremos de esas charlas acerca de su negocio y sus explicaciones acerca del país y su política comunista.

 

Qué ver en los alrededores

Aparte de los ya mencionados Ingenios de San Isidro de los Destiladeros y la hacienda Iznaga, les dejamos 2 opciones más:

Parque Natural Topes de Collantes: situado a tan solo 20 km de la ciudad, cuenta con gran variedad de fauna y flora y bellezas naturales como es el Salto del Caburní.

Playa La Boca y Playa Ancón: son las dos playas de Trinidad. Estas playas paradisíacas, de agua transparente y cristalina cuentan con una temperatura de 27º de media anual.

 

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